Deborah y Joanna, dos estudiantes que están preparando su tesis doctoral, deciden ponerse en contacto con la clínica Wingate cuando leen su anuncio: ofrecen $45.000 a donantes de óvulos. Tanto dinero les atrae mucho. Cuando la clínica las acepta como donantes, deciden pagar la entrada de un apartamento y luego viajar a Venecia donde las dos acabarán su tesis doctoral. La clínica se especializa en problemas de infertilidad y está situada en una enorme parcela de una aislada zona rural fuera de Boston. Había sido un hospital psiquiátrico con casas para los empleados e instalaciones diversas.
Se les hace la intervención, reciben sus talones y se marchan felices a Italia. Entonces, Joanna empieza a meditar sobre su donación. Quiere saber si su implantación ha tenido éxito y decide llamar a la clínica. Como es de esperar, se niegan a facilitarle esta información por ser confidencial. Pide ayuda a un amigo suyo, hacker experto, pero la base de datos de la clínica está muy bien protegida y le informa que solamente se podría ganar acceso desde dentro de la clínica.
Y aquí las dos amigas, muy lanzadas, inventan un plan de acción. Solicitarán trabajo en la clínica para conseguir los datos que buscan. Y así es, fácilmente consiguen trabajo y Joanna sigue las instrucciones de su amigo hacker.
